Ante el calentamiento global, los efectos de invernadero y el cambio climático global, para abordar la crisis climática global, la reducción de carbono y las cero emisiones netas de carbono son esenciales. La primera resolución de la UE comenzará a imponer aranceles de carbono a los productos con alto contenido de carbono en 2026 y permitirá a todas las partes adaptarse al período de transición de 2023 a 2025. Se espera que el paquete Fit for 55 logre una reducción del 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2030 (en comparación con 1990) y un objetivo de reducción a medio plazo de neutralidad climática en 2050. Taiwán también impondrá un impuesto al carbono tan pronto como en 2024, lo que marcará el comienzo de una era sin emisiones de carbono, y el «carbono» afectará a la cooperación entre empresas y países.